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Sinergias académicas entre la UE y América Latina

De Bruselas a Santa Marta: Los desafíos de la IV Cumbre UE–CELAC en un mundo incierto

Actualizado: 4 sept

Esta entrada de blog presenta y desarrolla argumentos analizados en Rodríguez, J. D. (2025). La relación interregional entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe en tiempos de incertidumbre: reconfiguración geoeconómica y disputas comerciales, en Informe Iberoamérica 2025, Fundación Alternativas, España. Disponible en: https://fundacionalternativas.org/publicaciones/informe-iberoamerica-2025/


La relación entre la Unión Europea (UE), América Latina y el Caribe (ALC) se fundamenta en vínculos históricos, socioeconómicos y culturales, así como en valores e intereses compartidos. Desde la década de 1990, en el marco de la estrategia interregional de la UE, esta asociación ha adquirido un carácter multidimensional, combinando cooperación, diálogo político y acuerdos comerciales. Actualmente, la UE mantiene acuerdos con 25 países de la región —que se ampliarán a 29 con la entrada en vigor del acuerdo con Mercosur— y es uno de sus principales inversionistas. Iniciativas recientes, como el programa Global Gateway, buscan promover inversiones verdes y digitales, reforzando la dimensión estratégica de la relación.


Sin embargo, esta relación ha atravesado fases alternas de dinamismo y estancamiento, moldeadas tanto por factores estructurales como por coyunturas políticas en ambas regiones. En un contexto internacional marcado por la rivalidad hegemónica, la reconfiguración geoeconómica y las “tres transiciones” —digital, ecológica e inclusiva—, el reto es redefinir la asociación birregional de modo que responda a las nuevas demandas de desarrollo y gobernanza global. En este marco, en noviembre de 2025 se celebrará en Santa Marta, Colombia, la IV Cumbre UE–Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que reunirá a líderes europeos, latinoamericanos y caribeños para reforzar las relaciones birregionales.


Entre 2023 y 2025, la UE aceleró su estrategia hacia ALC, reconociendo el papel clave de la región en el suministro de minerales críticos y en la transición energética. Durante este período, se modernizaron los acuerdos con Chile y México, y se alcanzó en principio un Acuerdo de Asociación con Mercosur —diferente al de 2019—, alineando estos procesos con la iniciativa Global Gateway como marco de inversión y cooperación. Los preparativos de la Cumbre de Santa Marta se apoyan en estos hitos recientes, así como en los resultados de la Cumbre de Bruselas de 2023 y la reunión ministerial de Sevilla en 2025, con el objetivo de llegar con anuncios concretos sobre energías renovables, movilidad eléctrica, gestión del sargazo, ampliación del cable BELLA y producción local de vacunas, apoyados por el Banco Europeo de Inversiones, el Banco Interamericano de Desarrollo y la CAF.


Esta hoja de ruta se sustenta en la complementariedad estratégica entre ambas regiones —ALC alberga el 60% de la biodiversidad mundial, genera el 30% de su energía a partir de fuentes renovables y representa un mercado de 650 millones de personas— y proyecta la asociación como un pilar para enfrentar los desafíos globales, combinando intereses económicos, sostenibilidad y cohesión social.


Contexto geopolítico y geoeconómico de la IV Cumbre UE–CELAC

El actual contexto birregional se enmarca en una crisis estructural del sistema internacional, marcada por el auge del proteccionismo, las tensiones geopolíticas y los retos a la globalización. Este “interregno”, en términos de Antonio Gramsci, refleja un escenario de inestabilidad en el que coexisten tanto la ralentización o reconfiguración de la globalización como el uso coercitivo de la interdependencia económica.


La competencia entre Estados Unidos y China en sectores estratégicos vinculados a la transición hacia una economía sostenible —junto con la guerra en Ucrania, las consecuencias de la pandemia de Covid-19 y el giro proteccionista en los países desarrollados— ha dado lugar a políticas de seguridad económica, subsidios industriales y al aumento unilateral de aranceles. En este contexto, la UE impulsa su concepto de “autonomía estratégica abierta”, que combina la defensa de un sistema de comercio internacional basado en normas con la capacidad de reducir dependencias críticas y garantizar el suministro en sectores estratégicos. Para América Latina, este escenario plantea tanto desafíos como oportunidades: mientras la región busca reindustrializarse con enfoques verdes y digitales, persisten debilidades estructurales, bajos niveles de IED y fragmentación política.


Pese a ser un socio tradicional de la UE, la relación con ALC experimentó un prolongado estancamiento entre 2015 y 2023, agravado por la ausencia de cumbres y la creciente influencia de China y Rusia. La Cumbre de Bruselas de 2023 reabrió el diálogo, subrayando la necesidad de reforzar la autonomía estratégica. Sin embargo, el segundo mandato de Trump desde enero de 2025 —con nuevas medidas unilaterales— ha exacerbado la fragmentación del comercio mundial. En este contexto, la Cumbre de Santa Marta enfrenta el desafío de redefinir la relación birregional para responder a un escenario internacional cada vez más incierto, competitivo y geoeconómicamente segmentado.


El relanzamiento geoeconómico de la UE con ALC: acuerdos estratégicos y el camino hacia Santa Marta

El contexto descrito ha llevado a la UE a acelerar su estrategia para fortalecer los lazos con ALC como socio estratégico frente al creciente proteccionismo y la competencia geoeconómica global. Como se señaló, la región es clave para la transición energética de Europa por su papel en la producción de minerales críticos. A partir de 2023, se produjo un relanzamiento birregional que permitió avanzar en acuerdos estratégicos, incluida la modernización de los Acuerdos de Asociación. Alineados con la iniciativa Global Gateway, estos acuerdos buscan establecer asociaciones duraderas que integren comercio, inversión y cooperación en áreas estratégicas como energía, seguridad y cadenas de valor sostenibles.

Este relanzamiento no sólo responde a la necesidad de la UE de diversificar proveedores y asegurar insumos estratégicos, sino también a una ventana política de oportunidad para reposicionar la relación UE–ALC frente al ascenso de China y la volatilidad política estadounidense. De cara a la IV Cumbre de Santa Marta, estos avances ofrecen una base concreta para revitalizar la agenda birregional, pero también plantean interrogantes sobre su capacidad de traducirse en beneficios productivos y de desarrollo para ALC. El reto será consolidar acuerdos tangibles en un contexto de tensiones comerciales, fragmentación del comercio global y competencia por el control de las cadenas de valor verdes, buscando un equilibrio entre los intereses estratégicos de la UE y las prioridades de desarrollo de la región.


Reflexiones finales

La IV Cumbre UE–CELAC, que se celebrará en Santa Marta en noviembre de 2025, tendrá lugar en un momento en que la alianza birregional ya no puede limitarse a declaraciones. La convergencia de crisis estructurales exige revitalizar la asociación estratégica UE–ALC como un espacio capaz de ofrecer resultados en desarrollo sostenible, diversificación productiva y cohesión social.


Para la UE, profundizar los lazos con ALC es una forma de fortalecer su autonomía estratégica y asegurar recursos críticos para su transición energética. Para ALC, en cambio, el reto consiste en aprovechar este momento para avanzar en una industrialización verde y digital, evitando la reprimarización productiva y la dependencia tecnológica. El éxito de la cumbre dependerá de la capacidad de ambas regiones para identificar intereses compartidos, alinear estrategias con objetivos de desarrollo a largo plazo y establecer mecanismos que trasciendan los ciclos políticos y generen beneficios tangibles para ambas partes.

En definitiva, la Cumbre de Santa Marta ofrece una nueva ventana de oportunidad para que la relación UE–CELAC se convierta en una asociación birregional renovada, capaz de responder a un sistema internacional fragmentado e incierto, y de situar a las personas y al desarrollo sostenible en el centro de su agenda.


Jorge Damián Rodríguez Díaz is a lecturer and researcher at the Programme of International Studies, University of the Republic (Uruguay). He holds a PhD in International Relations from the Complutense University of Madrid. His research focuses on critical international political economy, particularly the relationship between regional integration processes and productive sectors, as well as the role of transnational corporations in globalization. He teaches undergraduate and graduate courses on regionalism, Mercosur, globalization, and international cooperation, and has published widely on EU–Mercosur relations, international political economy, and Latin American regionalism.

Jorge Damián Rodríguez Díaz es profesor e investigador del Programa de Estudios Internacionales de la Universidad de la República (Uruguay). Doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid, su investigación se centra en la economía política internacional crítica, en particular en la relación entre procesos de integración regional y sectores productivos, así como en el papel de las corporaciones transnacionales en la globalización. Imparte cursos de grado y posgrado sobre regionalismo, Mercosur, globalización y cooperación internacional, y ha publicado ampliamente sobre las relaciones UE–Mercosur, la economía política internacional y el regionalismo latinoamericano.



Las opiniones expresadas en este blog son únicamente responsabilidad del autor y no reflejan las posturas de la Red EULAS.

 
 
 

1 comentario

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Amalia Stuhldreher
03 sept
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Congratulations, Damián, and thanks for sharing! A precise and spot-on assessment!

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